miércoles, 4 de abril de 2018

¡Usad referencias, malditos!

Noooo, qué va, el título del artículo no está para nada inspirado en el vídeo "¡Copiad, malditos!". Para nada...

¿Qué tal, camaradas?

Una pregunta, ¿vosotros usáis referencias a la hora de dibujar? ¿Sí? ¿No? ¿Por qué? ¿Copiáis de fotografías, de la vida real? ¿De dibujos de otros artistas? ¿Qué dibujos os salen mejor, los que sacáis al 100% de vuestra imaginación o en los que usáis referencias? ¿Preferís usar referencias o huis de ellas como del Diablo?

Es común encontrarse con artistas que evitan usar referencias. Yo era una de ellos, hace años, cuando no tenía ni idea de nada (ahora no es que sea una experta, pero algo he aprendido) y, curiosamente, mis dibujos eran bastante peores. Cuando utilizamos referencias, tendemos a sentirnos culpables: culpables porque lo atribuimos a hacer trampas, a ser un vago o incluso a ser un mal dibujante. Un inútil. Un fracaso. "¿Por qué no he sido capaz de hacerlo totalmente de cabeza? ¿Cómo he podido caer tan bajo como para tener que copiarme?", nos preguntamos a nosotros mismos.


¿Quién no ha usado alguna vez uno de estos como referencia?


Pero, ¿qué es usar referencias?

Antes que nada, conviene recordar que usar referencias NO es copiar. Copiar es hacer un dibujo exactamente igual que otro. Cuando buscamos referencias podemos simplemente estar inspirándonos, mirando ilustraciones hechas por otros artistas que nos gusten y que puedan ayudarnos a encontrar nuestro propio estilo. Usar referencias también supone mirar imágenes que puedan ayudarnos a dibujar un elemento que nos esté costando mucho hacer. Imágenes u otras personas, ojo.

¿Alguna vez habéis contemplado vuestra propia mano para dibujársela en la misma posición a un personaje? ¡Pues eso es usar referencias!



Dejando de lado trucos como el matte painting o el empleo de modelos de 3D en ilustraciones 2D, la manera ideal de asegurarse cierto realismo en un dibujo es el uso de referencias. Y no sólo me refiero al realismo en el sentido anatómico. Por mucho que tu estilo sea 100% cartoon americano (tipo Steven Universe), necesitarás usar referencias porque las poses, fondos y los movimientos de los personajes deberán ser plausibles. ¿Alguna vez habéis mirado una ilustración, del estilo que sea, y os habéis quedado embobados con lo bien que funciona? Ya sea por la fluidez de la pose, lo bien empleados que estén los volúmenes o porque parezca que puedes tocar algún objeto, algo te dice que ese dibujo está bien hecho. Es muy sutil y puede que incluso ni te des cuenta. Pues bien, ese artista ha usado referencias, te lo aseguro.

En mi época oscura en la que pensaba que usar referencias era de perdedores, en la que incluso llegué a creer seriamente que los grandes artistas no necesitaban utilizar referencias (en serio, ¿cómo podía ser así?), cometía un error garrafal: cuando no sabía cómo dibujar algo, lo seguía intentando hasta que me salía. Pero a palo seco, ahí, sin fijarme de nada. ¿No sabía cómo dibujar un puño cerrado? Da igual, seguía trazando líneas hasta que salía algo que se me parecía. ¿Y sabéis qué es eso? ¡Eso es darse cabezazos contra un muro!

Si no sabes dibujar un puño cerrado, pues no sabes dibujar un puño cerrado. ¡Da igual! ¡Nadie nace aprendido! En lugar de frustrarte e insistir en dibujar figuras deformes que pretenden asemejarse a un puño cerrado, deja el orgullo a un lado y busca imágenes en las que aparezcan puños cerrados. Contémplalas. Asimílalas. Mira puños cerrados desde distintos ángulos. ¡Aprende cómo funciona un puño cerrado! Una vez lo comprendas, podrás dibujar puños cerrados como churros.



Sí, mirar referencias es un rollo, lo sé. Hay artistas que se dedican a publicar fotos de ellos mismos posando para que no tengamos dificultades para encontrar referencias. Porque esta puede ser una tarea ardua, ojo. Y ya ni hablemos de lo molesto que es tener que estar saltando de una pestaña a otra en Photoshop para ir fijándonos de nuestra imagen (o imágenes) de referencia. Como esto me parecía odioso, yo lo que hago es pegar mis imágenes en el lienzo del propio dibujo que voy a hacer. A veces ocupan demasiado espacio y sigue siendo un follón, pero es mejor que tener que estar cambiando de pestaña.

Pero no. No hay ninguna manera mágica de volverse mejor dibujante: hay que usar referencias. Punto.


¡Pero usar referencias es hacer trampas!

No. Hacer trampas sería calcar un dibujo o copiar íntegramente una ilustración de otro artista y atribuirte el mérito. Cuando usas referencias, incluso aunque estés copiando literalmente el puño (sí, me ha dado con los puños) de otro dibujo que seguramente tenga poco que ver con el que tú estás haciendo, mientras sólo sea el puño y lo estés haciendo a tu manera y adaptándolo a la pose, escena y coloreado de tu ilustración, NO estás haciendo trampas. Has empleado tu propio esfuerzo. ¿De qué manera es eso hacer trampa?

Porque todo el mundo utiliza referencias. Incluso esos artistas a los que tanto admiras y que tanto te inspiran. Que no te engañen los speedpaints en los que el ilustrador de turno no cambia de pantalla ni un solo segundo. Podría haber cortado los momentos en los que ha cambiado de pantalla, o podría tener la cámara sólo enfocada en el lienzo mientras que tiene la ventana abierta con la(s) referencia(s) en otro lugar de la pantalla. ¡Diantres, es que incluso los grandes artistas de Disney utilizan referencias!



Porque nadie sabe dibujar absolutamente todo. Y es que, aunque se sea ya un experto, es inteligente asegurarse de que lo que se ha dibujado tiene sentido mirando alguna fotografía de referencia. El artista del que estoy sacando todas estas viñetas de fondo gris es todo un ilustrador profesional, y él mismo nos demuestra cómo, incluso estando en su nivel, que no es precisamente bajo, usar referencias es lo más acertado que podemos hacer.

Nos muestra una ilustración que, bueno, la miras y dices... Pues está bien. ¿No? ¿No os parece que está bien hecha esta ilustración? ¿No está genial ya de por sí?



Pues sí, quizá podría haberla dado por acabada. Se nota que es un artista experimentado, que ha dibujado mucho. Pero precisamente por eso, por tener experiencia, es capaz de darse cuenta de que algo no encaja. No ha mirado ni una sola imagen de referencia, y eso se nota. A continuación nos muestra varias fotografías e ilustraciones que presentan los elementos que él pretende incluir en su propio dibujo, y aplica texturas y tonos semejantes para agregarle un mayor realismo. Antes, su ilustración estaba bien. Ahora, dicha ilustración tiene sentido.

No puedes depender de tu memoria para siempre. ¿Sabéis qué es la biblioteca visual? Se les denomina así a las cosas (poses, objetos, tipos de cabello, animales, etc.) que podemos dibujar totalmente de cabeza, sin fijarnos de ninguna parte. Estas cosas, en su mayoría, serán las que más hemos dibujado a lo largo de nuestra vida. Yo, por ejemplo, he dibujado tantos pin ups que me sé de memoria la anatomía femenina normativa y puedo dibujar a una chica en cualquier pose sugerente sin usar referencias.

Ser un buen artista no sólo consiste en usar referencias. Esto es obvio. Si estás empezando y tus habilidades son mediocres, por muchas referencias que emplees, lo más probable es que tu dibujo no sea una obra maestra. El arte es muy complejo y necesitas comprender un poco de todo para considerarte siquiera un poco bueno. Pero sí, tener una biblioteca visual amplia ayuda y es síntoma de ser un buen profesional, porque además indica que has practicado y dibujado muchas cosas a lo largo de tu vida.

No hay más. Si quieres dibujar muy bien, pues tendrás que usar muchas referencias. No debemos sentirnos culpables por ello. Ni creernos peores. No hemos caído bajo ni nada por el estilo, sólo queremos aprender. Ojo, y del mismo modo que usar referencias no te convierte en un perdedor ni en un tramposo, no usarlas no te convierte en el más pro del lugar. Por muy extensa que sea tu biblioteca visual, nunca deberías considerar dejar de usar referencias. Aunque tires menos de ellas, nunca te creas demasiado bueno como para usarlas de vez en cuando.


Dejamos de evolucionar en el momento en el que nos creemos expertos en algo.



¡Y eso es todo por hoy! Esta entrada ha sido muy importante para mí, me ha salido del alma, porque yo he estado en esa situación y es muy duro entender y asumir que no eres ni la mitad de bueno que te creías, que aún te queda mucho camino por recorrer. Pero no es malo. Está bien, y ayuda a ser humilde. También ayuda a ver que los artistas a los que tanto idolatramos tienen inseguridades y son conscientes de sus defectos (porque los tienen). Y eso siempre hace sentir mejor respecto a uno mismo.

Tengo más entradas pensadas y voy a intentar publicarlas lo antes posible. Mi vida está un poco patas arriba en este momento, ¡pero no me olvido de vosotros! ¡Espero haberos hecho sentir algo mejor con esta entrada!


¡Un saludo! ♥


Podéis leer entero el cómic/tutorial del que he sacado las viñetas aquí :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario