viernes, 29 de septiembre de 2017

El manga destruyó mi habilidad para dibujar

¡Saludos, camaradas artistas!

Hoy quiero hablar de un problema que nos afecta a muchísimos de los artistas de mi generación, y que probablemente le escocerá a más de uno del mismo modo que me escoció a mí en su día: lo perjudicial que es el estilo manga a la hora de dibujar.

Quienes crecimos a finales de los 90-principios de los 2000 con lápices de colores en las manos y frente al televisor mientras se emitían series como Dragon BallSailor Moon, Card Captor Sakura, Pokémon, Digimon, One Piece, Naruto, etc. aprendimos a dibujar copiándonos directamente de ese estilo, el estilo anime/manga. En mi caso, mi principal inspiración fueron Pokémon, Doremi, y Digimon, con sus narices que consistían en puntitos en mitad de la cara, sus ojos verticales, y sus cabezas, manos, y pies desmesurados.



Cualquiera que haya vivido el final de su infancia o la plenitud de su adolescencia en la década de los 2000, época de la máxima expansión de la industria del anime y del manga en España, habrá tomado como referente a cualquiera de las series mencionadas anteriormente a la hora de aprender a dibujar. Era inevitable. El anime estaba —y está— por todas partes, era imposible no tenerlo como modelo. Además, el estilo era fresco, novedoso, y relativamente más bonito y atrayente que el estilo americano al que hemos estado acostumbrados toda la vida. Creo que era ese mayor atractivo lo que nos maravillaba tanto del anime. Esos personajes estilizados que contrastaban tanto con los de las series de animación americanas, que parecían dibujados feos a posta.



Sí, ya sé que hay series animadas americanas con estilos bastante agradables, menos deformados (La Banda del Patio, Scooby Doo, Gargoyles...). Y sí, también sé que hay animes con estilos que no son lo que se diría atractivos (Doraemon, Shin Chan, Osomatsu-san...). También conviene recordar que todo esto depende de un punto de vista subjetivo, y que ahora, de mayor, y sobre todo, desde el punto de vista de dibujante, he aprendido a ver que todo estilo tiene su belleza, su propósito. Pero yo estoy hablando del impacto que tuvo el anime en nosotros cuando éramos niños/adolescentes. Seguro que no me equivoco al afirmar que todos pensábamos que los personajes anime eran mucho más guapos que los de las series americanas...

Bien, pues habiendo dicho eso, quiero confesar algo: aprender a dibujar directamente a través del manga fue mi peor error como artista. Dejando ya de lado el estilo de las series animadas americanas, y por mucho que el anime resulte más estético dada la tendencia a estilizar y a hacer guapos a todos los personajes, hay que admitir que el anime hace bastante daño. Precisamente, los animes que asentaron la industria en este país en los años 2000, con los que la gente de mi generación creció, por muy icónicos y épicos que fueran, son de los que peor dibujados están. Ya he hablado de las narices con forma de puntitos de Digimon y de sus manos y pies desproporcionados.

En su afán por la estilización, a muchos mangakas y animadores japoneses se les va la mano más de la cuenta. Los que aprendimos a dibujar a través de los animes del 2000, crecimos creyendo que las manos llegan casi hasta las rodillas y que las piernas son más largas que el tronco. A ver, puede darse el caso en personas concretas; rara vez cumplimos el canon de proporción griega, pero ya deberíais saber a lo que me refiero... Las larguísimas piernas de modelo que tienen todas las chicas de Sailor Moon (ya me habría gustado a mí estar así con 14 años), los brazos y las piernas kilométricos de los animes del estudio Clamp, como Card Captor Sakura o Code Geass, entre otros más o menos conocidos con sus cabezas más o menos grandes, pero rara vez de tamaño proporcionado, o las poses forzadas de los personajes femeninos, que han marcado e influenciado sobremanera nuestros inicios como artistas. ¿Que son animes bonitos y visualmente agradables? Sí. ¿Que es un peligro tomarlos como única referencia? También.



Sin embargo, corregir estos errores (o estos "vicios", malas costumbres) respecto a la anatomía puede ser relativamente fácil si empiezas a seguir tutoriales más realistas. Pero, en mi caso personal, donde más daño me ha hecho el manga es en la cara (no, en la mía no, en la de los personajes que dibujo). La estructura facial que se sigue en la mayoría de los animes está TAN alterada que, cuando te sientas a hacer un dibujo más realista, resulta imposible: los ojos siempre te salen muy grandes, la nariz te queda muy pequeña y estrecha, y la boca te parecerá rara si dibujas los dientes (detalle que se solía dejar de lado en muchos animes de los años 2000). Hagas lo que hagas, tu dibujo siempre parecerá hecho en "estilo manga".

A ver. A mí, personalmente, los ojos grandes me parecen muy atractivos (dentro de unos límites, claro). El realismo extremo me resulta aburrido (motivo por el cual nunca me atrajeron las series de animación de los superhéroes de Marvel); hace tiempo, una artista retocó las caras de las princesas Disney para darles proporciones más realistas, y sinceramente, las versiones alteradas me transmiten bastante menos que las originales. Salirse de la norma está bien, sobre todo si pretendes atraer a un público joven.

Pero los problemas que pueden dar los ojos palidecen al lado de lo perjudiciales que pueden ser las narices y las bocas del estilo manga para nuestro desarrollo como dibujantes. Sí, estoy hablando de las narices con complejo de puntitos (como las de Digimon y tantos otros animes), narices que son una raya vertical en medio de la cara, narices que son triángulos, a veces rellenos de negro, a veces simplemente, contorneadas. Narices picudas y respingonas que parecen tener vida propia... En fin, esas narices míticas que tanto caracterizaban al anime y al manga en los 90 y los 2000.


Nótese también esa tendencia a la "barbilla picuda"...

Por suerte, desde finales de los 2000, han estado produciéndose más animes en los que las fosas nasales existen. Hablando de Digimon, no os hacéis a la idea de lo rara que me sentí cuando, en la tercera temporada (Digimon Tamers), vi que los personajes tenían... ¡¡Agujeros de la nariz!! Y que sus narices eran más redondas y fieles a... Bueno, a como son las narices en realidad.

Y ya ni hablemos de las bocas. ¿Por qué les cuesta tanto a los nipones dibujar labios? Sólo los marcan cuando el personaje lleva pintalabios, o si tiene unos labios que se salen del canon. Pero, en cuanto al resto... Sólo sabemos que tienen labios gracias a la sombrita que les dibujan encima de la barbilla. Actualmente, la cosa está cambiando un poco, aunque siguen dibujándoselos más a los personajes femeninos (ya ves tú, como si los hombres no pudieran tener labios carnosos y/o sonrosados), pero esto era poco común en los animes con los que crecimos los de esta generación, y se nota MUCHO en nuestro arte más temprano.


En serio, ¿dónde están los dientes?

Casi tan molestas como la ausencia de labios son las bocas inacabadas. Sí, esas bocas que se componen de dos líneas discontinuas... Sé que tanto estos detalles de las bocas como las "naricitas" son, al igual que los ojos grandes, rasgos característicos del manga; el manga y el anime no serían lo que son sin estos elementos. Los detractores de este estilo critican lo planas que resultan las caras de sus personajes, puesto que las únicas sombras que suelen encontrarse en muchas ilustraciones hechas en estilo manga son la del puntito de la nariz, las de los párpados, la del labio inferior, y si eso, la del moflete cuando el personaje está en vista de tres cuartos.

A mí, personalmente, como artista, me corta un poco el rollo ver un dibujo en estilo anime en el que está todo perfectamente sombreado y detallado mientras que la cara es tan plana que se podría planchar ropa sobre ella. Es como si le faltase algo... Pero no voy a ser tan intransigente y a catalogar todo dibujo en estilo manga (que, además, el estilo manga puede ser muy variado dentro de su similitud) como "malo" — de hecho, me gusta. Y, de todos modos, dibujar en estilo manga no tiene por qué significar que los rostros de nuestros personajes vayan a carecer de sombras.

Bien, pues habiendo hecho este breve repaso a las peculiaridades del estilo manga que pueden desembocar en malas costumbres a la hora de dibujar, os voy a demostrar por qué me arrepiento tanto de haber tenido al anime como único referente para aprender:



Pues porque me tiré CINCO añazos dibujando prácticamente de la MISMA MANERA. Sí, se puede percibir que aprendí a manejar mejor la tableta y que mi sombreado fue evolucionando de manera bastante respetable. Pero el mismo patrón se repetía constantemente: ojos desmesurados, proporciones exageradas (aunque estos son los detalles que menos me molestan), narices planas, y bocas sin labios, ugh. ¿Sabéis qué es lo más gracioso? Que el dibujo del 2011, el cual hice para un concurso, me propuse hacerlo en un "estilo manga alternativo" que fuera menos simplón que el que llevaba haciendo hasta la fecha. El caso es que, por aquel entonces, ese dibujo me parecía la leche, pero ahora lo miro, y... Es exactamente igual que los otros.

A finales del 2012, cuando me puse más en serio y empecé a hacer ilustraciones de mis personajes, me dije a mí misma "voy a dejar atrás el estilo manga, voy a pasar página". Me propuse crear mi propio estilo, uno en el que se notase que había influencia del manga pero que tirase más hacia el semirrealismo, menos estilizado y con proporciones menos exageradas. Intenté hacer narices más realistas, dibujar los labios, hacer las cabezas más pequeñas... Y no os hacéis a la idea de lo que me costó. ¡El estilo manga estaba tan arraigado en mí que me era imposible desprenderme de él!



Sí, se nota que me puse las pilas, ¿pero habéis visto esos brazos larguísimos? ¿Y veis cómo la portada de mi libro fue arruinada por esas barbillas picudas? El dibujo del 2013 está chulo, pero anda que no se nota que no tenía ni puñetera idea de cómo dibujar naricesLa pobre Debbie parece sacada de la película Avatar... Y el dibujo del 2014, que es un encargo del que hablé en una entrada antigua, se va a la mierda por culpa de lo rematadamente mal que me salieron la nariz y los labios (por no hablar del pelo de plástico). Este es el motivo por el cual en muchas escuelas de arte se nos rechaza si sólo sabemos dibujar manga. Este es el motivo por el cual no se nos toma en serio. Y este debería ser el motivo por el cual no deberíais basaros NUNCA única y exclusivamente en el estilo manga para aprender a dibujar.

Aquí me tenéis a mí, con 25 años, todavía teniendo que mirar tutoriales de cómo dibujar narices y labios porque desperdicié mi adolescencia dibujando puntitos y líneas discontinuas. Sin embargo, artistas más jóvenes que se han basado en un surtido más variado de estilos para aprender me llevan MUCHÍSIMA ventaja, y ese es uno de los motivos tras mi bloqueo artístico. Es agobiante pensar en el sprint que tengo que hacer ahora para llegar adonde debería estar...

Por eso os digo, camaradas artistas: el estilo manga está bien, pero no lo uséis como única referencia para aprender. Apoyaos en libros de anatomía realista, dibujad mucho del natural (o fijándoos de fotografías, aunque no es lo mismo), y analizad todos los estilos, ya sea manga, cómic americano, cómic europeo... Aprended a dibujar proporciones realistas por muy claro que tengáis que no queréis que vuestro estilo sea realista, incluso aunque sepáis que vais a acabar dibujando manga, porque la única manera de entender lo que estamos haciendo, de alterar anatomía y proporciones a nuestro antojo (y que quede bien), sólo se puede conseguir aprendiendo del realismo.

No hay otra. A mí también me escocía cuando leía críticas al manga y sobre cómo te rechazan en las escuelas de arte si les muestras un portfolio lleno sólo de dibujos manga. Me aferraba a la excusa de "es mi estilo" (craso error) y a la creencia de que "el manga es un estilo en sí mismo que puede ser muy bonito y merece respeto" (bueno, eso sí que es cierto), y me negaba a cambiar. A aprender. Pero nunca deberíamos negarnos a aprender. Nunca.

Y menos si queremos poder vivir del dibujo algún día...



¡Fiuu...! ¡Qué larga me ha quedado la entrada! Siempre pienso que me enrollo demasiado, pero luego lo releo y no veo ningún párrafo prescindible... ¡En fin! Si habéis aguantado hasta aquí, os felicito. Quiero dejar claro que, con esta entrada, no pretendía poner el estilo manga a parir, por mucho que me haya quejado de ciertas de sus características. Sólo quería remarcar lo perjudiciales que pueden ser si las tomamos como "la verdad absoluta" en el campo del dibujo, y los vicios y malas costumbres que tendemos a desarrollar si aprendemos apoyándonos sólo en este estilo.


¡Sentíos libres de aportar vuestro granito de arena! ¡Hasta otra! ♥

No hay comentarios:

Publicar un comentario