viernes, 29 de septiembre de 2017

El manga destruyó mi habilidad para dibujar

¡Saludos, camaradas artistas!

Hoy quiero hablar de un problema que nos afecta a muchísimos de los artistas de mi generación, y que probablemente le escocerá a más de uno del mismo modo que me escoció a mí en su día: lo perjudicial que es el estilo manga a la hora de dibujar.

Quienes crecimos a finales de los 90-principios de los 2000 con lápices de colores en las manos y frente al televisor mientras se emitían series como Dragon BallSailor Moon, Card Captor Sakura, Pokémon, Digimon, One Piece, Naruto, etc. aprendimos a dibujar copiándonos directamente de ese estilo, el estilo anime/manga. En mi caso, mi principal inspiración fueron Pokémon, Doremi, y Digimon, con sus narices que consistían en puntitos en mitad de la cara, sus ojos verticales, y sus cabezas, manos, y pies desmesurados.



Cualquiera que haya vivido el final de su infancia o la plenitud de su adolescencia en la década de los 2000, época de la máxima expansión de la industria del anime y del manga en España, habrá tomado como referente a cualquiera de las series mencionadas anteriormente a la hora de aprender a dibujar. Era inevitable. El anime estaba —y está— por todas partes, era imposible no tenerlo como modelo. Además, el estilo era fresco, novedoso, y relativamente más bonito y atrayente que el estilo americano al que hemos estado acostumbrados toda la vida. Creo que era ese mayor atractivo lo que nos maravillaba tanto del anime. Esos personajes estilizados que contrastaban tanto con los de las series de animación americanas, que parecían dibujados feos a posta.



Sí, ya sé que hay series animadas americanas con estilos bastante agradables, menos deformados (La Banda del Patio, Scooby Doo, Gargoyles...). Y sí, también sé que hay animes con estilos que no son lo que se diría atractivos (Doraemon, Shin Chan, Osomatsu-san...). También conviene recordar que todo esto depende de un punto de vista subjetivo, y que ahora, de mayor, y sobre todo, desde el punto de vista de dibujante, he aprendido a ver que todo estilo tiene su belleza, su propósito. Pero yo estoy hablando del impacto que tuvo el anime en nosotros cuando éramos niños/adolescentes. Seguro que no me equivoco al afirmar que todos pensábamos que los personajes anime eran mucho más guapos que los de las series americanas...

Bien, pues habiendo dicho eso, quiero confesar algo: aprender a dibujar directamente a través del manga fue mi peor error como artista. Dejando ya de lado el estilo de las series animadas americanas, y por mucho que el anime resulte más estético dada la tendencia a estilizar y a hacer guapos a todos los personajes, hay que admitir que el anime hace bastante daño. Precisamente, los animes que asentaron la industria en este país en los años 2000, con los que la gente de mi generación creció, por muy icónicos y épicos que fueran, son de los que peor dibujados están. Ya he hablado de las narices con forma de puntitos de Digimon y de sus manos y pies desproporcionados.

En su afán por la estilización, a muchos mangakas y animadores japoneses se les va la mano más de la cuenta. Los que aprendimos a dibujar a través de los animes del 2000, crecimos creyendo que las manos llegan casi hasta las rodillas y que las piernas son más largas que el tronco. A ver, puede darse el caso en personas concretas; rara vez cumplimos el canon de proporción griega, pero ya deberíais saber a lo que me refiero... Las larguísimas piernas de modelo que tienen todas las chicas de Sailor Moon (ya me habría gustado a mí estar así con 14 años), los brazos y las piernas kilométricos de los animes del estudio Clamp, como Card Captor Sakura o Code Geass, entre otros más o menos conocidos con sus cabezas más o menos grandes, pero rara vez de tamaño proporcionado, o las poses forzadas de los personajes femeninos, que han marcado e influenciado sobremanera nuestros inicios como artistas. ¿Que son animes bonitos y visualmente agradables? Sí. ¿Que es un peligro tomarlos como única referencia? También.



Sin embargo, corregir estos errores (o estos "vicios", malas costumbres) respecto a la anatomía puede ser relativamente fácil si empiezas a seguir tutoriales más realistas. Pero, en mi caso personal, donde más daño me ha hecho el manga es en la cara (no, en la mía no, en la de los personajes que dibujo). La estructura facial que se sigue en la mayoría de los animes está TAN alterada que, cuando te sientas a hacer un dibujo más realista, resulta imposible: los ojos siempre te salen muy grandes, la nariz te queda muy pequeña y estrecha, y la boca te parecerá rara si dibujas los dientes (detalle que se solía dejar de lado en muchos animes de los años 2000). Hagas lo que hagas, tu dibujo siempre parecerá hecho en "estilo manga".

A ver. A mí, personalmente, los ojos grandes me parecen muy atractivos (dentro de unos límites, claro). El realismo extremo me resulta aburrido (motivo por el cual nunca me atrajeron las series de animación de los superhéroes de Marvel); hace tiempo, una artista retocó las caras de las princesas Disney para darles proporciones más realistas, y sinceramente, las versiones alteradas me transmiten bastante menos que las originales. Salirse de la norma está bien, sobre todo si pretendes atraer a un público joven.

Pero los problemas que pueden dar los ojos palidecen al lado de lo perjudiciales que pueden ser las narices y las bocas del estilo manga para nuestro desarrollo como dibujantes. Sí, estoy hablando de las narices con complejo de puntitos (como las de Digimon y tantos otros animes), narices que son una raya vertical en medio de la cara, narices que son triángulos, a veces rellenos de negro, a veces simplemente, contorneadas. Narices picudas y respingonas que parecen tener vida propia... En fin, esas narices míticas que tanto caracterizaban al anime y al manga en los 90 y los 2000.


Nótese también esa tendencia a la "barbilla picuda"...

Por suerte, desde finales de los 2000, han estado produciéndose más animes en los que las fosas nasales existen. Hablando de Digimon, no os hacéis a la idea de lo rara que me sentí cuando, en la tercera temporada (Digimon Tamers), vi que los personajes tenían... ¡¡Agujeros de la nariz!! Y que sus narices eran más redondas y fieles a... Bueno, a como son las narices en realidad.

Y ya ni hablemos de las bocas. ¿Por qué les cuesta tanto a los nipones dibujar labios? Sólo los marcan cuando el personaje lleva pintalabios, o si tiene unos labios que se salen del canon. Pero, en cuanto al resto... Sólo sabemos que tienen labios gracias a la sombrita que les dibujan encima de la barbilla. Actualmente, la cosa está cambiando un poco, aunque siguen dibujándoselos más a los personajes femeninos (ya ves tú, como si los hombres no pudieran tener labios carnosos y/o sonrosados), pero esto era poco común en los animes con los que crecimos los de esta generación, y se nota MUCHO en nuestro arte más temprano.


En serio, ¿dónde están los dientes?

Casi tan molestas como la ausencia de labios son las bocas inacabadas. Sí, esas bocas que se componen de dos líneas discontinuas... Sé que tanto estos detalles de las bocas como las "naricitas" son, al igual que los ojos grandes, rasgos característicos del manga; el manga y el anime no serían lo que son sin estos elementos. Los detractores de este estilo critican lo planas que resultan las caras de sus personajes, puesto que las únicas sombras que suelen encontrarse en muchas ilustraciones hechas en estilo manga son la del puntito de la nariz, las de los párpados, la del labio inferior, y si eso, la del moflete cuando el personaje está en vista de tres cuartos.

A mí, personalmente, como artista, me corta un poco el rollo ver un dibujo en estilo anime en el que está todo perfectamente sombreado y detallado mientras que la cara es tan plana que se podría planchar ropa sobre ella. Es como si le faltase algo... Pero no voy a ser tan intransigente y a catalogar todo dibujo en estilo manga (que, además, el estilo manga puede ser muy variado dentro de su similitud) como "malo" — de hecho, me gusta. Y, de todos modos, dibujar en estilo manga no tiene por qué significar que los rostros de nuestros personajes vayan a carecer de sombras.

Bien, pues habiendo hecho este breve repaso a las peculiaridades del estilo manga que pueden desembocar en malas costumbres a la hora de dibujar, os voy a demostrar por qué me arrepiento tanto de haber tenido al anime como único referente para aprender:



Pues porque me tiré CINCO añazos dibujando prácticamente de la MISMA MANERA. Sí, se puede percibir que aprendí a manejar mejor la tableta y que mi sombreado fue evolucionando de manera bastante respetable. Pero el mismo patrón se repetía constantemente: ojos desmesurados, proporciones exageradas (aunque estos son los detalles que menos me molestan), narices planas, y bocas sin labios, ugh. ¿Sabéis qué es lo más gracioso? Que el dibujo del 2011, el cual hice para un concurso, me propuse hacerlo en un "estilo manga alternativo" que fuera menos simplón que el que llevaba haciendo hasta la fecha. El caso es que, por aquel entonces, ese dibujo me parecía la leche, pero ahora lo miro, y... Es exactamente igual que los otros.

A finales del 2012, cuando me puse más en serio y empecé a hacer ilustraciones de mis personajes, me dije a mí misma "voy a dejar atrás el estilo manga, voy a pasar página". Me propuse crear mi propio estilo, uno en el que se notase que había influencia del manga pero que tirase más hacia el semirrealismo, menos estilizado y con proporciones menos exageradas. Intenté hacer narices más realistas, dibujar los labios, hacer las cabezas más pequeñas... Y no os hacéis a la idea de lo que me costó. ¡El estilo manga estaba tan arraigado en mí que me era imposible desprenderme de él!



Sí, se nota que me puse las pilas, ¿pero habéis visto esos brazos larguísimos? ¿Y veis cómo la portada de mi libro fue arruinada por esas barbillas picudas? El dibujo del 2013 está chulo, pero anda que no se nota que no tenía ni puñetera idea de cómo dibujar naricesLa pobre Debbie parece sacada de la película Avatar... Y el dibujo del 2014, que es un encargo del que hablé en una entrada antigua, se va a la mierda por culpa de lo rematadamente mal que me salieron la nariz y los labios (por no hablar del pelo de plástico). Este es el motivo por el cual en muchas escuelas de arte se nos rechaza si sólo sabemos dibujar manga. Este es el motivo por el cual no se nos toma en serio. Y este debería ser el motivo por el cual no deberíais basaros NUNCA única y exclusivamente en el estilo manga para aprender a dibujar.

Aquí me tenéis a mí, con 25 años, todavía teniendo que mirar tutoriales de cómo dibujar narices y labios porque desperdicié mi adolescencia dibujando puntitos y líneas discontinuas. Sin embargo, artistas más jóvenes que se han basado en un surtido más variado de estilos para aprender me llevan MUCHÍSIMA ventaja, y ese es uno de los motivos tras mi bloqueo artístico. Es agobiante pensar en el sprint que tengo que hacer ahora para llegar adonde debería estar...

Por eso os digo, camaradas artistas: el estilo manga está bien, pero no lo uséis como única referencia para aprender. Apoyaos en libros de anatomía realista, dibujad mucho del natural (o fijándoos de fotografías, aunque no es lo mismo), y analizad todos los estilos, ya sea manga, cómic americano, cómic europeo... Aprended a dibujar proporciones realistas por muy claro que tengáis que no queréis que vuestro estilo sea realista, incluso aunque sepáis que vais a acabar dibujando manga, porque la única manera de entender lo que estamos haciendo, de alterar anatomía y proporciones a nuestro antojo (y que quede bien), sólo se puede conseguir aprendiendo del realismo.

No hay otra. A mí también me escocía cuando leía críticas al manga y sobre cómo te rechazan en las escuelas de arte si les muestras un portfolio lleno sólo de dibujos manga. Me aferraba a la excusa de "es mi estilo" (craso error) y a la creencia de que "el manga es un estilo en sí mismo que puede ser muy bonito y merece respeto" (bueno, eso sí que es cierto), y me negaba a cambiar. A aprender. Pero nunca deberíamos negarnos a aprender. Nunca.

Y menos si queremos poder vivir del dibujo algún día...



¡Fiuu...! ¡Qué larga me ha quedado la entrada! Siempre pienso que me enrollo demasiado, pero luego lo releo y no veo ningún párrafo prescindible... ¡En fin! Si habéis aguantado hasta aquí, os felicito. Quiero dejar claro que, con esta entrada, no pretendía poner el estilo manga a parir, por mucho que me haya quejado de ciertas de sus características. Sólo quería remarcar lo perjudiciales que pueden ser si las tomamos como "la verdad absoluta" en el campo del dibujo, y los vicios y malas costumbres que tendemos a desarrollar si aprendemos apoyándonos sólo en este estilo.


¡Sentíos libres de aportar vuestro granito de arena! ¡Hasta otra! ♥

lunes, 4 de septiembre de 2017

Cómo se hizo: Kanji Tatsumi + breve introducción al Clip Studio Paint

¡Muy buenas, camaradas artistas!

Me habría gustado subir una nueva entrada antes, pero me hicieron un encargo, así que, naturalmente, le di prioridad a eso. Se trata de una ilustración de un personaje del videojuego Persona 4, Kanji Tatsumi, y he decidido escribir esta entrada sobre el proceso de creación de este encargo, así como aprovechar para hablar un poco del programa que utilizo ahora para dibujar, el Clip Studio Paint.



Clip Studio Paint es el software de ilustración más conocido en Japón, siendo el más utilizado entre los dibujantes de manga junto con el MangaStudio. En Europa, aunque por lo que he visto ya está bastante extendido, sigue siendo mucho menos popular que el Photoshop, el Corel, o incluso el Paint Tool SAI. El SAI era el programa que utilizaba yo antes, pero en cierto momento, aproveché que el Clip estaba rebajado para comprármelo, y la verdad es que no echo de menos el SAI. El Clip Studio es como la mezcla definitiva entre el SAI y el Photoshop, y tiene montones de modos de capa y herramientas que hasta hace poco sólo podía encontrar en el Photoshop, además de numerosos pinceles y recursos online que se renuevan continuamente. Un chollo, vaya.

Si estáis interesados, podéis adquirirlo en la página web, aunque yo esperaría a que lo vuelvan a rebajar, lo cual hacen con mucha frecuencia. Como ya he dicho, ofrecen numerosos recursos online desde su página, como pinceles, patrones, modelos 3D, y texturas. También, organizan concursos todos los años.



Como podéis ver, el área de trabajo del Clip Studio es prácticamente idéntica a la de que cualquier otro software de ilustración, si bien puedes reordenar los elementos a tu gusto, como te resulten más cómodos. Veo necesario añadir que se pueden gestionar diferentes espacios de trabajo.

Bien, pues después de llevar a cabo la investigación pertinente acerca del personaje en cuestión y descubrir que se trataba de un chico de estética "macarrilla", hice dos bocetos con poses que pegasen con su personalidad. Le enseñé ambas versiones a mi clienta para que eligiese la que más le gustara:



Obviamente, escogió el boceto de la izquierda, y digo "obviamente" porque era también el que más me gustaba a mí (¿Cuál habríais elegido vosotros?). La herramienta utilizada para el boceto da un poco igual y va mucho a gusto del artista, pero yo elegí en este caso el lápiz mecánico. Para los bocetos, siempre bajo la opacidad de la herramienta que utilice. Luego, pongo la capa en modo multiplicar, le bajo un poco la opacidad, y la pongo encima de las capas en las que voy a empezar a colorear. ¡Ojo! Este es el caso de una ilustración sin lineart; para las ilustraciones con lineart, siempre dejo la capa del boceto por debajo.

Como cualquier otro programa de diseño/ilustración, Clip Studio Paint divide sus pinceles en distintas categorías: plumillas, lápices, tintas, y aerógrafos, así como borradores, pinceles para desenfocar, e incluso pinceles de siluetas y texturas. Voy a explicar un poco cada categoría:


Las herramientas englobadas en el recuadrito amarillo más pequeño son las que más se usan para dibujar. La primera que aparece es la plumilla, aunque puede intercambiarse con el marcador. Estas herramientas ofrecen un trazo limpio, nítido, y duro, por lo que son las más idóneas para dibujar el lineart de un dibujo. Como podéis ver, dentro de cada subherramienta hay diferentes variaciones, y tal como muestro en el recuadro amarillo de mayor tamaño (panel de propiedades de herramienta), se pueden modificar los parámetros de presión y la suavidad de los bordes de cada opción.


A continuación, tenemos el lápiz, el cual puede intercambiarse con una serie de pinceles con los que se pretende emular la técnica al pastel. Son herramientas versátiles que pueden servir tanto para hacer el lineart como para colorear/sombrear, aunque conviene destacar que son pinceles con los que no se puede mezclar. Los colores no se difuminan con estas herramientas. Los diferentes tipos de lápices son pinceles que no son completamente opacos, ni siquiera aunque tengan la opacidad al 100%, y con las técnicas al pastel se puede elegir hasta el tipo de papel que queremos simular. No son las herramientas que más uso (a menos que sea para el boceto) porque no tengo interés en que mis obras parezcan tradicionales, pero están muy bien, y vale la pena experimentar con ellas.


Ahora, ¡llegamos a mis pinceles favoritos! ¡Las brochas! Idóneas para colorear y sombrear, pues se pueden mezclar y difuminar. Son suaves, puedes elegir distintas durezas, alterar los parámetros de presión, y un montón de cosas más. De lo que decidáis hacer con estos valores dependerá la anchura del trazo, la cantidad de pintura, la opacidad, y cuánto se mezclan los colores, entre otros aspectos. Personalmente, los pinceles que más utilizo son los de la categoría "color diluido", ya que incluye muchas variaciones que pueden ser muy útiles a la hora de sombrear diferentes materiales. El tercer grupo, las tintas indias, se asemejan mucho a ciertos pinceles del Paint Tool SAI que podían descargarse de DeviantArt y que presentaban formas y texturas variadas, y pueden ser muy útiles para pintar vegetación y superficies con texturas concretas.

Lo cierto es que Photoshop aún tiene mucha ventaja en cuanto a materia de pinceles se refiere, ya que los usuarios que suben pinceles al servidor de Clip, aunque no son pocos, siguen sin poder compararse con los miles de artistas, muchos de ellos profesionales de renombre, que suben pinceles hiperrealistas para colorear piel, nubes, sangre, vegetación, o rocas en Photoshop (seguro que muchos tenéis algún set en mente).


Una herramienta que a mí me gusta mucho para dibujar es fusión. Dentro de este grupo, podemos encontrar tanto la herramienta punta del dedo del Photoshop, y el pincel de desenfoque del SAI, entro otros. El pincel de desenfoque es una herramienta imprescindible para mí a la hora de sombrear. Se pueden conseguir efectos muy chulos incidiendo más en ciertas zonas, recurso que utilicé en el encargo cuyo proceso voy a detallar a continuación. Pero antes, haré un último apunte. La llave inglesa chiquitita que he marcado con un cuadro amarillo en esta última imagen aparece en todas las herramientas. ¿Qué ocurre si pulsamos sobre ella?


Que se nos abre un menú gigantesco (intimida un poco la primera vez que lo ves) donde podemos alterar TODOS los parámetros que se nos ocurra de una determinada subherramienta. Algo muy útil y que se mantiene presente a lo largo de todos los menús del Clip Studio, es que aparecen explicaciones de lo que es cada opción. Desde luego, este programa tiene en cuenta tanto a usuarios más experimentados como a los principiantes.


Dentro de este menú, podemos jugar con todos los aspectos de cualquier pincel, incluyendo los aspectos simples como la opacidad, el tamaño, y la densidad, para los cuales no debería ser necesario abrir esta ventana, si bien aquí se explica mejor para qué sirve cada función. Pero también nos encontramos con opciones mucho más interesantes, como cambiar el tipo de pincel [2º recuadro], alterar la forma de la punta del pincel para que no sea redonda, darle efecto de pulverizador (aerógrafo), darle textura [3er recuadro], y decenas de aspectos más.

Por último, explicaros que esos recuadros que he destacado en amarillo, algunos vacíos y otros con un ojito, y que aparecen en cada apartado señalan si esa opción aparece en el panel de propiedades de la herramienta. Si son opciones con las que jugáis a menudo, os aconsejo que les pongáis el ojito para no tener que abrir esta ventana cada vez que queráis cambiar algo.

Bueno, hasta aquí la breve introducción. Con esto, ya podéis haceros a la idea de cómo trabajo. Aún no he terminado de dominar el Clip, así que todavía experimento mucho con las herramientas y echo de menos algunas otras del SAI, pero alterando las opciones del panel de propiedades de cada herramienta puedo conseguir resultados súper parecidos, ¡incluso mejores! Así que voy a compartir con vosotros pantallazos del progreso de mi último dibujo.


Lo primero que coloreé fueron los pantalones, seguidos de la camiseta y la chaqueta. Para sombrear estos tres elementos, me valí principalmente de los pinceles color diluido denso, color diluido suave, y color diluido transparente. Color diluido denso viene muy bien para las primeras sombras, las que se aplican sin demasiado cuidado y a las que se les va dando forma a continuación. Color diluido suave, por su parte, es muy útil porque puede difuminar si aprietas muy poquito con el lápiz de la tableta. Utilicé color diluido transparente y el aerógrafo fuerte para las sombras más tenues y grandes, y las sombras más pequeñas y detalladas, incluyendo las pinzas de los pantalones, fueron hechas principalmente con color diluido denso y el lápiz mecánico, todo esto combinando distintos tipos de capa, en especial multiplicar.


Para la chaqueta, al ser de cuero, preferí utilizar mayoritariamente el pincel color diluido denso, al ser más duro que sus vecinos. Si quería suavizar o difuminar algún área en específico, me limitaba a utilizar el pincel de desenfoque o el aerógrafo (el fuerte o el suave, da igual cuál de los dos). En este punto, apenas había empezado a sombrear la camiseta, y sólo se pueden ver las sombras brutas, aplicadas sin demasiado cuidado, que ya iría suavizando y a las que iría dando forma en la siguiente sesión. Esas líneas rojas que se pueden apreciar forman parte del boceto.


El dibujo de la calavera que luce en su camiseta lo hice con el pincel pastel, ya que con su textura ayudaba a que pareciese que el dibujo está desgastado, como si la camiseta ya tuviese sus años. Las cintas amarillas las dibujé con el lápiz mecánico, y las sombras se las apliqué con el aerógrafo fuerte y con el pincel color diluido suave, dependiendo del nivel de detalle que quería que tuviesen. El mismo proceso seguí con los brillos, pero estos los apliqué en una capa por encima a la que, además, bajé la opacidad. El texto de "keep out" lo dibujé (sí, lo dibujé, y fue un auténtico infierno) usando uno de los marcadores, creo que el rotulador, si mal no recuerdo (el segundo de la lista).


En este punto, ya había terminado con el personaje y sólo me quedaba el fondo. Se puede apreciar parte de la camiseta, mucho más detallada, y en la que utilicé principalmente los pinceles color diluido suave (para las sombras grandes) y color diluido denso (para las sombritas más detalladas). Lo mismo hice con la piel, pero valiéndome muchísimo más de color diluido suave y utilizando color diluido denso única y exclusivamente para las sombras grandes del principio y los detallitos como el ceño, las arrugas de la mano, y la nariz, que también tuvo lo suyo. Lo cierto es que yo soy de esos artistas que, aunque tengan a su disposición veinte pinceles, utiliza los cinco de siempre para casi todo, salvo elementos especiales como nubes, plantas, y esas cosas.

El pelo es una de esas cosas que aún no me siento cómoda del todo coloreando en Clip. Para seros sincera, creo que podría haberme quedado mejor, pero aún no tengo experiencia suficiente con este programa. No quería que tuviese el mismo efecto de plástico de la piel, así que usé herramientas algo distintas, como algunas plumillas, el lápiz mecánico (sí, es mi tipo de lápiz favorito), y el color diluido denso (ese que no falte), así como el aerógrafo. Pero creo que debo seguir mejorando mi técnica, aunque el motivo por el cual no termina de gustarme podría ser más bien que aún no he encontrado un método de coloreado de cabello con el que me siento del todo cómoda...

Una vez acabado el personaje, el resto era fácil. Tomé una imagen libre de derechos para el fondo. [Recordad: si vais a utilizar fotografías, renders, o vectores hechos por otros artistas, usad los que estén libres de derechos, que podéis hallar en páginas como Pixabay.] En mi caso, escogí un dibujo de un cristal roto. Podría haberlo hecho yo misma, pero había tenido una semana horrible y, sinceramente, no me apetecía.


Pero no dejé la imagen tal cual. A parte de dejar fuera al ninja y el marco, le cambié los colores al cristal, dándole un tono más oscuro de azul. Tuve que vectorizar la imagen en Illustrator, pues era muy pequeña y se pixelizaba en Photoshop (las dimensiones del dibujo eran de treinta centímetros por cuarenta y pico, un póster pequeñito). Sí, para el fondo opté por usar el Photoshop, ya que era un trabajo más de diseño que de ilustración, y para el diseño no hay nada como el Photoshop. Los colores característicos de este personaje son el amarillo y el negro, motivo por el cual escogí un azul fuerte y oscuro para el fondo, ya que es el complementario del amarillo. ¡Y no quedó nada mal!


Sé que he hecho muchos pantallazos de los pantalones, ¡pero es que me gusta tanto cómo me quedaron...! Aquí podéis ver el tono de azul que elegí, y además se puede percibir que le apliqué un contorno a distintas partes del personaje: a la derecha, amarillo anaranjado (se ve más naranja en determinadas áreas por el modo de capa) como reflejo de las cintas, y a la izquierda, azul como el cristal. Estos contornos/reflejos los dibujé en Clip con el pincel color diluido transparente.


Aquí ya se pueden ver la cara y la mano terminadas del todo. ¿Le notáis algo raro? Sí, en efecto, apliqué desenfoque en varias áreas del dibujo. Combiné tres tipos de desenfoques: el pincel de desenfoque del Clip (en la mano, la parte más alejada de la cara, y los pies), el desenfoque de movimiento del Photoshop (aquí usé un truco que tendréis que descubrir vosotros), y el desenfoque radial del Photoshop para terminar de darle ese efecto de movimiento brusco a la ilustración. Ah, y sí, también repasé algunos de los contornos de la mano y de la cara, dándole un poco efecto de lineart al dibujo. A veces queda chulo.


Y... ¡Tachán! ¡Ya tenemos el dibujo terminado! Ni que decir tiene que a mi clienta le encantó. Me ha pasado una foto de la ilustración ya impresa y enmarcada, y la verdad es que se me hincha el pecho de orgullo al verla. Por supuesto, aún me queda muchísimo que mejorar, pero para arrastrar el art block tan descomunal que llevo arrastrando desde hace tres años, no está nada mal. ¿Verdad?

El dibujo era un regalo de aniversario. Qué monada ♥

Por ahora, sólo lo he subido a Twitter, así que dadle amor, ya sabéis, retweet, fav, comentad, y todo lo que se os ocurra. Tengo que remodelar una serie de cosas en mi cuenta de DeviantArt, y ya cuando lo haga actualizaré esta entrada y compartiré en link aquí.



¡Espero que os haya gustado tanto el dibujo, como la entrada, como mi breve descripción del Clip Studio Paint! Si tenéis alguna duda de cómo funciona este programa u os gustaría que hablase de algún que otro aspecto, de cómo funciona cierta herramienta y tal, no dudéis en decírmelo. ¡Estaré más que encantada de ayudaros! Aunque yo también soy una novata con este programa...


Eso es todo por hoy. ¡Muchas gracias por leerme! ♥